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La eficacia
de la
paciencia 

Un poema de Teresa de Jesús.

Nada te turbe,
Nada te espante,
Todo se pasa,
Dios no se muda.

 
La paciencia
Todo lo alcanza; 
Quien a Dios tiene 
Nada le falta: 
Sólo Dios basta.

 

Eleva el pensamiento,
Al cielo sube, 
Por nada te acongojes,
Nada te turbe.

 

A Jesucristo sigue
Con pecho grande,
Y, venga lo que venga,
Nada te espante.

 

¿Ves la gloria del mundo
Es gloria vana; 
Nada tiene de estable,
Todo se pasa.


Aspira a lo celeste,
Que siempre dura;

Fiel y rico en promesas,
Dios no se muda.

Á

Ámala cual merece

Bondad inmensa; 
Pero no hay amor fino
Sin la paciencia.

 

Confianza y fe viva
Mantenga el alma,
Que quien cree y espera
Todo lo alcanza.

 

Del infierno acosado
Aunque se viere,
Burlará sus furores
Quien a Dios tiene.

 

Vénganle desamparos, 
Cruces, desgracias; 
Siendo Dios su tesoro, 
Nada le falta.


Id, pues, bienes del mundo; 
Id, dichas vanas; 
Que aunque todo yo lo pierda,
Sólo Dios basta.

Echando toda vuestra ansiedad sobre él,
porque él tiene cuidado de vosotros. 

(1 Pedro 5:7)

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