El cristiano:
¿Está de esclavo
o ha sido libertado?
Por Samuel Santiesteban
La religión dice: “Haz”; Jesús dice: “Está todo hecho”.
La religión dice: “Esclavo”; Jesús dice: “Hijo”.
La religión esclaviza; pero Jesús liberta.
La religión da ceguera, pero Jesús da la vista.
¡Por esta razón la religión y Jesús son dos cosas diferentes!
Introducción
Salí de Cuba hace unos veinte años y no he vuelto más. No obstante, en la distancia y a pesar de las limitaciones, este Portal Cristiano comienza a ser visitado por algunos jóvenes cubanos en la isla.
Este ensayo es el fruto de los apuntes de uno de estos discípulos que Dios me ha regalado en La Habana. Gente nueva, de la era revolucionaria, que han sido alcanzados profundamente por las doctrinas de la gracia.
Este joven, Michel Suárez, en uno de sus recorridos por las calles de La Habana, contempla y reflexiona sobre las nuevas formas capitalistas que encuentran los cubanos para ganarse las divisas americanas o el (CUC- peso cubano convertible).
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Estatuas vivas en La Habana
Cuando la gente las ve, todos se asombran, les rodean, y se posan junto a ellas, se tiran las mejores fotos. !Qué gran diversión! Los turistas y los nacionales están impresionados al contemplar estas estatuas vivientes de bronce que parecen reales; pero que no lo son.
Son personas que tratan de no mover ni una sola pestaña, ellos cumplen una misión, un trabajo, un esfuerzo duro para dar la imagen de una estatua. ¡Qué espectáculo!
Mientras muchos se gozan y se admiran por su trabajo y toman fotografías pocos se detienen a pensar en lo que están pasando estos actores. Son personas presas por su propia voluntad, atadas a sus atavíos, a sus decoraciones y a las pinturas de su piel, forzadas a una actuación dura y pesada.
Jesús dijo:
Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas.
Antes, hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres. Pues ensanchan sus filacterias, y extienden los flecos de sus mantos, y aman los primeros asientos en las cenas, y las primeras sillas en las sinagogas.
(Mateo 23:4-6).
La religión nunca producirá
un cambio genuino en el corazón humano, es que ella en sí misma es una forma de esclavitud.
Cristiano esclavizado
Estas estatuas vivientes pueden representar al cristiano que está preso e inmóvil, y que está forzado a la actuación. Que ha decidido esclavizar a su propia voluntad para cumplir así con una religión y hacer el intento de agradar al Dios que le "salva".
Su actuación es la ley a la que está sujeto, la religiosidad que profesa para lograr un beneficio personal, es un ritual, una danza religiosa, una jerga, un típico vestuario, es todo un paquete de cosas; pero sin dejar de ser todo esto un trabajo duro y pesado, que no deja de tener castigo y maldición. (Gálatas 3:10).
Jesús dijo:
!Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad (Mateo 23:27 y 28).
Los cristianos esclavizados aceptan someterse a mil prisiones con tal de recibir lo que les falta. Quizás más misericordia y más perdón, tal vez más benevolencia del Dios que les observa y les castiga, con “amor”. O bien pudiera ser por obtener una buena reputación en el rebaño, la aceptación de otros hermanos de la iglesia, o el visto bueno de su propio pastor.
Cristiano libertado
Cristo dijo palabras muy fuertes a los judíos que habían creído en Él:
"Si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres".
(Juan 8:36).
Aquellos que hemos recibido el mensaje lleno del amor incondicional de parte del Salvador ya no tenemos que actuar dura y pesadamente para beneficiarnos de todo el gozo que viene de parte del Redentor.
Esto es el mensaje del Evangelio de nuestro Señor Jesucristo quien se dio asimismo en sacrificio por amor a nosotros, aún cuando estábamos muertos en nuestros delitos y pecados, aún cuando ni siquiera le amábamos o le buscábamos. (Efesios 2:5, Mateo 5:17).
Dios mismo tomó la iniciativa y cargó la pesada carga de la estatua de la ley que teníamos como esclavos para darnos vida, amor, libertad y la seguridad eterna de la salvación de nuestras almas.
(Juan 10:28).
Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.
(Gálatas 5:1)
Conclusiones
Los cristianos genuinos no tenemos que hacernos de un nombre, de una imagen, de una apariencia, de una forma de danzar en la congregación. No tenemos que llevar a cabo una religión forzada para ser como una estatua religiosa y ganar así alguna aceptación.
Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente,
porque: el justo por la fe vivirá. (Gálatas 3:11).
Los hijos de Dios ya hemos sido acogidos en el seno de Dios de una manera maravillosa e incomprensiblemente buscados, rescatados, redimidos, salvados y sellados por el poder del Espíritu Santo de Dios. (Efesios 1:13).
NO MÁS ESTATUAS, no más rigidez, no más inmovilidad, no más apariencias de piedad. Somos libres, abiertos, sencillos, flexibles, gente común y de pueblo.
¡Aleluya! Alguien ha ganado toda la batalla por nuestra justificación ante Dios y es Aquel a quien llamamos nuestro amante y querido Salvador.
¡Consumado es!
No tenemos necesidad alguna de fingir para nada una apariencia religiosa o un manto de santidad. No tenemos que vivir forzados a una rigidez de liturgias religiosas, a un traje, o a una serie de frases para impresionar a los demás.