¿Cuál es la onda afín
de los hijos de Dios?
Por Samuel Santiesteban
Dedicado a cristianos de 50 décadas
No están en la arenga del pecado, el juicio y la condenación.
Hay muchos temas que pueden ser tratados con toda solidez bíblica, y entre ellos, el tema del pecado, el juicio, el infierno y la ira de Dios.
No corren tras dones y unción.
Me olvido por unos instantes de las críticas que se emiten al cantautor cristiano Jesús Adrián Romero. Cierro mis ojos y me concentro en la letra de su composición, hago un alto, y por unos minutos comienzo a alabar al Señor.
¿Cuál es el tema por preferencia de los auténticos hijos de Dios?
¡Están maravillados del amor de Dios! Es la admiración constante a un favor divino que les ha salvado sin mérito alguno, sin gestión humana de la cual puedan vanagloriarse. Se trata de aquellos hijos de Dios que están en la onda de la Gracia del Salvador.
Tienen como preferencia los temas de la salvación, la convicción del pecado que en ellos mora, del perdón de sus pecados por la sangre derramada por Cristo en la cruz del Calvario y descansan en la justicia alcanzada por la fe en la obra de Jesús.
El diablo te llama por tu pecado,
mas Dios te llama por tu nombre.
Otro himno de unas décadas atrás...
¿Cree usted que no creemos en las consecuencias terribles del pecado? ¿Piensa que no conocemos el juicio de Dios y del infierno eterno?
Permítame reiterarle que sí creemos, pero estamos afianzados en la gracia de nuestro Señor Jesucristo.
Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo. (1 de Juan 4:4).
No manipulan a Dios para un milagro de humana declaración.
Los cristianos auténticos creen en los milagros y saben que Dios obra cuando Él quiere obrar, sólo por Su soberanía y por Su Santa Voluntad.
Los genuinos hijos de Dios tienen por certeza que el milagro más grande que Dios ha hecho por ellos es cuando pudo redimir sus almas de la condenación.
Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.
(Lucas 10:20).
Fue un milagro que los astros ordenó, y este mundo en su sitio instaló, mas cuando me salvó y me redimió fue el mayor milagro de su amor.
No importa el país, la cultura o la generación, los hijos de Dios siempre están en un mismo sentir sean de China, de Corea, de Alaska, del África, del Medio Oriente o de América del Sur. Aquí debajo hay un video sencillo y auténtico de un matrimonio desde el sur de la Patagonia, allá en el Argentina.
Seguidamente una nueva generación de Colombia se enfoca en el tema más selecto de todos los cristianos, !Oh amor de Dios!